Quizás has tenido un día muy largo con mucho estrés, tu cabeza está llena de información que no sabes cómo asumir, cuando llegas a casa sigues pensando en todo lo que te ha pasado a lo largo del día y encima te han faltado muchas cosas por hacer, piensas que no te has esforzado lo suficiente y notas estados de intranquilidad y ansiedad que se van apoderando de tu ser…Es el momento de desconectar para reconectarte en un ambiente de paz y tranquilidad, no somos máquinas …. hemos hecho todo lo que hemos podido por lo que tenemos que estar más que satisfechos de nuestro comportamiento en un día tan duro.
Hay que aprender a desprenderse de los picos emocionales, las tensiones que nos ha provocado cierta gente, hay que reciclar nuestra mente, para al día siguiente tener las pilas cargadas y coger el día de cara con alegría y siempre pensando que va a ser un día productivo, sin tensiones ni ataduras.
Aquí es donde entra el Mindfulness, se centra en la meditación como proceso a través del cual, la persona observa y se hace consciente de lo que está sucediendo a cada instante en su cuerpo y en su mente, aceptando las experiencias que se van presentando tal y como son.
La práctica del Mindfulness se realiza en quietud, sentados o tumbados, de la manera que te sea más cómoda, calmamos el cuerpo y mente con la respiración y observamos nuestro interior sin juzgar, si tenemos un mal pensamiento hay que dejarlo pasar siempre SIN JUZGAR.
Hay que aprender a reconocer nuestras emociones ya que ellas nos van a llevar a un estado de ánimo positivo o negativo. Por eso es tan importante lograr un estado de atención centralizada en un pensamiento o sentimiento (armonía, felicidad, tranquilidad…) Es muy importante centrarnos en la respiración y vivir el momento presente y pretende liberar la mente de pensamientos nocivos y recuerda que siempre que aparezca un mal pensamiento déjalo pasar SIN JUZGAR.